Javier fue un niño prematuro que nació sano, pero en la incubadora sufrió muchas paradas cardiorrespiratorias. Tras tres meses y catorce días en cuidados intensivos pediátricos me dieron a mi pequeño, pero yo iba notando que algo no iba bien: tenía la parte izquierda del cuerpo más delgadita y no iba alcanzando los hitos que mi otro hijo había ido cumpliendo con su edad. En principio fuimos achacando el retraso a que se trataba de un niño muy prematuro, pero yo estaba convencida de que había algo más. Fuimos a la neumóloga y le comentamos nuestras inquietudes. Ella se puso en contacto con la neuróloga y con el médico rehabilitador y con un año de vida le diagnosticaron la parálisis cerebral.
Desde 2012, Javier viene a Fundación Nipace a realizar su tratamiento intensivo. Previamente ya realizaba sus tratamientos en Sevilla, donde oímos hablar de Nipace. Buscamos en internet, vimos lo que era y lo intentamos. La primera vez se vino mi marido solo, porque yo estaba trabajando y fue duro para Javier, pero notamos mucho la mejoría y cada vez que viene notamos un progreso. Él tiene mucha espasticidad y notamos sobre todo una mejora en el control del tronco y el control del cuerpo.
Después de recibir muchas terapias, en Nipace nos recomendaron acudir al Dr. Martínez Caballero, un médico que nos habló de una operación que cambió la vida de Javier. De estar encogido, pudo pasar a ponerse derecho, con las piernas rectas. Lo pasó muy mal al principio, pero el postoperatorio fue estupendo y fue a partir de ahí cuando se produjo la magia, combinando los intensivos en Nipace, el mantenimiento en casa. Su calidad de vida mejoró muchísimo y aunque no puede caminar, puede ponerse de pie y ha mejorado su problema en el coxis.
Javier tiene una afectación a nivel motor, es capaz de comunicarse y no tiene afectación cognitiva. Es un tío muy feliz y muy simpático que tiene su grupo de amigos, sale y entra como uno más, con sus limitaciones pero a donde él quiera y nosotros podemos llevarlo, él va. Su sueño es ser actor y comenzó a estudiar interpretación. Ha protagonizado el cortometraje La Vida entre dos Noches de Antonio Cuesta, que es mi sobrino, un corto que ha tenido una aceptación grandísima y ahora está en el proyecto de hacer una película. Está muy contento y deseando empezar con este nuevo proyecto que tanto le ilusiona.
Javier ha tenido que hacer un parón de dos años por motivos de organización familiar, pero ya llevaba tiempo preguntando cuándo se reincorporaban a las terapias en Nipace. Le cuesta venir, porque se tiene que quitar de sus amistades durante un mes, pero es como si lo necesitara. El trabajo de aquí es distinto y aunque sea más duro, a él le compensa. Como nosotros vemos los resultados, le animamos y le acompañamos a realizar su terapia intensiva anual en Fundación Nipace, aunque suponga un gran esfuerzo para toda la familia dejar nuestra vida en Sevilla para realizar las terapias en Nipace.